Cada vez me estreso más, y sólo porque siento que debo saber algo. Anocheció y yo aún estaba encerrada en mi linda y temporal habitación, solo pensando en cuál es la respuesta que busco. Sin tocar, entra mamá…
- ¿Podemos hablar? – Dijo mamá.
- Si… – Dije – ¿De qué?.
- Bueno, esta mañana te diría algo ¿Recuerdas? Y no quiero quedarme callada.
- Está bien, adelante.
- Lo que yo quería decir, era que eso me pasó a tu edad. Y sólo son casualidades que pasan en la vida. Soñar con una anciana diciendo esas palabras, y al otro día volver a verla diciendo la misma frase… ¿Estás segura que no fue un “deja-vú”?.
Me molesté, al ver que mi mamá no me entendía, pensé que era algo más importante. Pero para evitar problemas solo dije:
- Olvídalo, mamá.
Me sentí mal, porque nuestras madres son como nuestras mejores amigas. Le contamos todo, o bueno, eso sucede en mi caso. Aún no puedo creer que mi mamá no me entienda, supongo que tendré que acostumbrarme a esto.
Ya eran alrededor de las 8:00 pm, se me quitó el hambre. Así que decidí dormirme, para relajarme e intentar olvidar todo esto. Pero antes de hacerlo, comencé a orar a Dios, y darle gracias por todo. Pedirle ayuda, para resolver todo este misterio, porque Él es el ÚNICO que me entiende y que me puede ayudar…
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HOLAAA!!! Cómo están?. Algo corto el capítulo, pero bueno Veo que tengo una nueva seguidora y eso me emociona TAAAANTO! Me motiva a seguir escribiendo esta historia, que espero que les esté gustando. Quiero que sigan leyendo y que les siga gustando cada día más.
BYE!